Si tenían alguna esperanza de que el nuevo presidente de la Junta fuera a ser algo más serio que su eterno antecesor, desengáñense. Claro que si a estas alturas de la película aún tenían esperanzas, con 31 años de PSOE ininterrumpido al más puro estilo mexicano, es que son ustedes más cándidos que la abeja Maya. Resulta que como en Andalucía somos imparables y estamos los primeros de la lista (pero al revés) en casi todo, Griñán se ha puesto el traje de andaluz hasta la médula, y nos ofrece como novedosa atracción del pan y circo su plan “Andalucía 10”, que consiste en “exportar una imagen más moderna y real de la Comunidad autónoma andaluza, impulsar foros, congresos y debates que muestren nuestros logros […] que se hable de los perfiles muy avanzados de nuestra sociedad: la igualdad de género, la agricultura ecológica o la alta velocidad”…¿se les ha quedado cara de tontos?, a mí también. Para empezar, el político que no apela a la razón con palabras inteligentes, sino que busca excitar los instintos primitivos usando discursos populistas, está haciendo exactamente aquello que dice odiar: “Ella [Andalucía] me dio una patria y en ella he de cerrar los ojos para siempre aunque es ella la que me da la vida. Por eso abomino de sus tópicos. Aborrezco a los graciosos que se mimetizan con ellos. Detesto a quienes miran al sur con desprecio y, desde una estúpida superioridad, nos acusan de indolencia o de estar cautivos de las subvenciones”; ¡Qué bonito, Presidente!, ¡seguro que acaba usted de ganar muchos cientos de votos de andaluces que no tienen luces suficientes para entender la vacuidad de sus palabras¡, pero resulta que su función, señor Presidente, no es rasgarse las vestiduras despreciando públicamente a los que se ríen de nosotros, sino luchar porque dejen de tener motivos para hacerlo. Su función no es ordenar por decreto que la realidad deje de serlo, no es imponer un cambio desde la cúspide de la pirámide, sino encontrar la manera de que se trabaje duro desde su base para que ese cambio se produzca realmente.
El sábado pasado, en el noticiario de Antena 3, sacaron un cateto jerezano antológico cuando hablaban del partido en el Bernabéu; ¿acaso van a ordenar a las televisiones que sólo muestren andaluces licenciados e ingenieros?, ¿y de dónde los van a sacar, si se han encargado de que estemos a la cola del sistema educativo español en cuanto a resultados académicos echándole, eso sí, la culpa a Franco y antecesores? O a lo mejor prohíben trabajar a los actores especializados en dar vida a andaluces ignorantes: lo siento, Fernando Tejero y compañía, os vais a ir al paro por orden de Griñán y Paulino Plata. Y, ¿quién va a pagar “Andalucía 10”? Según la Junta nos va a salir gratis, porque va a haber un montón de empresarios que no tienen nada mejor en lo que gastar su dinero; en serio, ¿alguien se lo cree?
Nuestro gobierno regional se vanagloria de lo mucho que ha hecho avanzar a Andalucía a lo largo de los años, pero evita decir que los demás han avanzado igual o más. Está muy bien que ya no seamos una versión extendida de Las Hurdes de Buñuel, pero es un hecho manifiesto que la incultura campa a sus anchas por nuestra tierra. Lo vemos los de dentro, ¿cómo no lo van a ver los de fuera? Sus señorías de hoy quieren mostrar nuestra cara high-tech, pero ayer hacían campañas institucionales con la orden de “hablar andaluz”, intentando ponernos en contra de nuestro propio idioma y ahondando en los peores tópicos…Realmente les importa un bledo lo catetos que seamos, lo único que en verdad les interesa es que no lo parezcamos. Tras décadas fomentando nuestra imagen de palmas y pandereta, se han dado cuenta de que ese no es el camino, y ahora pretenden disimular con maquillaje algo que sólo se puede arreglar con cirugía plástica.