Aunque sea su auténtica especialidad, la apisonadora socialista que gobierna Jerez no quiere empezar a tener problemas en los juzgados, no tan pronto al menos, así que ha decidido que para que no se manche la venerada imagen de Santa Pilar en el caso del enchufismo, lo mejor es quitar de en medio las pruebas vivientes, es decir, a los propios enchufados. Así, como el contrato que tenían pertenecía a la socorrida modalidad de “obras y servicios”, se hace acabar el servicio y santas pascuas. Por otro lado, que el denunciante sea abogado y militante del PSOE (bueno, ex-militante) no se sabe si da credibilidad al asunto o la quita, pues habría que averiguar si denunció por un ataque de honradez o por uno de celos, pero no pasa nada, porque precisamente para resolver ese tipo de dudas se inventaron los juicios y los tribunales. En todo caso, huele a chamusquina que los abogados municipales soliciten el archivo de la causa argumentando que los contratos de la discordia están extinguidos, pues es casi tanto como admitir implícitamente la culpa. Convendría que alguien dijera a estos letradillos que igual que una puñalada no desaparece escondiendo el cuchillo, el delito de enchufismo, si lo hubo, no va a desaparecer por mandar a la calle a los pobres enchufados, con lo contentos que estaban ellos todo el día de fiesta en el departamento de Fiestas.
Pudiendo lo anterior considerarse más o menos normal (PSOE, manipulación, corrupción al estilo “miennmano”, etc.), apesta un poco y llama poderosamente la atención que un juez haya negado la posibilidad de personarse como acusación particular a Pelayo y a Villar, al entender que no se pueden considerar perjudicados por la realización de los contratos de los que hablamos. Y ya no es que huela o apeste, sino que hiede a perros muertos, que el propio Ministerio Fiscal (sí, FISCAL) actúe de la misma manera contra el denunciante, pudiendo llegar a darse el caso de que tenga que pagar una fianza si la petición resulta aceptada por el juez. No soy yo quien para enmendarle la plana a ningún juez ni abogado, Dios me libre, pero para cualquiera con dos dedos de frente está claro que en un caso de enchufismo municipal, todos los que pagan impuestos en el municipio son perjudicados, llámense Pelayo, Villar, García Páez, o Perico de los Palotes. Así que a ver si algunos se dejan de historias, y paran ya de ponerle a la Justicia tapones en los oídos, una mordaza en la boca y las manos atadas a la espalda, que bastante tiene ya la pobre con ser ciega. ¿No podrían dejarle por lo menos una mano libre para que se tape la nariz?