martes, 22 de septiembre de 2009

El cateto plan de Griñán




Si tenían alguna esperanza de que el nuevo presidente de la Junta fuera a ser algo más serio que su eterno antecesor, desengáñense. Claro que si a estas alturas de la película aún tenían esperanzas, con 31 años de PSOE ininterrumpido al más puro estilo mexicano, es que son ustedes más cándidos que la abeja Maya. Resulta que como en Andalucía somos imparables y estamos los primeros de la lista (pero al revés) en casi todo, Griñán se ha puesto el traje de andaluz hasta la médula, y nos ofrece como novedosa atracción del pan y circo su plan “Andalucía 10”, que consiste en “exportar una imagen más moderna y real de la Comunidad autónoma andaluza, impulsar foros, congresos y debates que muestren nuestros logros […] que se hable de los perfiles muy avanzados de nuestra sociedad: la igualdad de género, la agricultura ecológica o la alta velocidad”…¿se les ha quedado cara de tontos?, a mí también. Para empezar, el político que no apela a la razón con palabras inteligentes, sino que busca excitar los instintos primitivos usando discursos populistas, está haciendo exactamente aquello que dice odiar: “Ella [Andalucía] me dio una patria y en ella he de cerrar los ojos para siempre aunque es ella la que me da la vida. Por eso abomino de sus tópicos. Aborrezco a los graciosos que se mimetizan con ellos. Detesto a quienes miran al sur con desprecio y, desde una estúpida superioridad, nos acusan de indolencia o de estar cautivos de las subvenciones”; ¡Qué bonito, Presidente!, ¡seguro que acaba usted de ganar muchos cientos de votos de andaluces que no tienen luces suficientes para entender la vacuidad de sus palabras¡, pero resulta que su función, señor Presidente, no es rasgarse las vestiduras despreciando públicamente a los que se ríen de nosotros, sino luchar porque dejen de tener motivos para hacerlo. Su función no es ordenar por decreto que la realidad deje de serlo, no es imponer un cambio desde la cúspide de la pirámide, sino encontrar la manera de que se trabaje duro desde su base para que ese cambio se produzca realmente.

El sábado pasado, en el noticiario de Antena 3, sacaron un cateto jerezano antológico cuando hablaban del partido en el Bernabéu; ¿acaso van a ordenar a las televisiones que sólo muestren andaluces licenciados e ingenieros?, ¿y de dónde los van a sacar, si se han encargado de que estemos a la cola del sistema educativo español en cuanto a resultados académicos echándole, eso sí, la culpa a Franco y antecesores? O a lo mejor prohíben trabajar a los actores especializados en dar vida a andaluces ignorantes: lo siento, Fernando Tejero y compañía, os vais a ir al paro por orden de Griñán y Paulino Plata. Y, ¿quién va a pagar “Andalucía 10”? Según la Junta nos va a salir gratis, porque va a haber un montón de empresarios que no tienen nada mejor en lo que gastar su dinero; en serio, ¿alguien se lo cree?

Nuestro gobierno regional se vanagloria de lo mucho que ha hecho avanzar a Andalucía a lo largo de los años, pero evita decir que los demás han avanzado igual o más. Está muy bien que ya no seamos una versión extendida de Las Hurdes de Buñuel, pero es un hecho manifiesto que la incultura campa a sus anchas por nuestra tierra. Lo vemos los de dentro, ¿cómo no lo van a ver los de fuera? Sus señorías de hoy quieren mostrar nuestra cara high-tech, pero ayer hacían campañas institucionales con la orden de “hablar andaluz”, intentando ponernos en contra de nuestro propio idioma y ahondando en los peores tópicos…Realmente les importa un bledo lo catetos que seamos, lo único que en verdad les interesa es que no lo parezcamos. Tras décadas fomentando nuestra imagen de palmas y pandereta, se han dado cuenta de que ese no es el camino, y ahora pretenden disimular con maquillaje algo que sólo se puede arreglar con cirugía plástica.


La Voz, Jerez, 22 de septiembre de 2009

martes, 8 de septiembre de 2009

Nueva York: 01-01-0009




“Ha llegado la hora de la decisión, la época que revivirá el espíritu de nuestros antepasados, la era de una aventura común para todos los hombres. La llegada del hombre a Marte puede llevarse a cabo a principios de los años ochenta…”

Estas palabras de George Müller, un administrador de la NASA, resumen el ánimo del pueblo estadounidense tras conseguir el mayor logro tecnológico de la historia, algo que sólo fue posible gracias a la unión de toda la fuerza política, económica, científica e ideológica de la nación. Vemos imágenes y leemos libros de aquellos días, y sentimos que pertenecen a una infancia lejana y perdida, cuando la esperanza podía derribar cualquier muro y la perseverancia quebrar cualquier roca. Lo triste no es recordar aquello, sino ver qué queda hoy día de todo aquello. Llegaron los años setenta, y los estadounidenses volvieron a perder la inocencia (las personas sólo pueden perderla una vez, pero las sociedades lo hacen cíclicamente) esta vez en Vietnam, aunque cuando clavaron su bandera en la Luna ya llevaban una década clavando y siendo clavados bayonetas a manos de Charlie. Dicen que la americana es una sociedad infantil, y la europea madura y elegante, quizá sea por eso que los americanos prevalecieron y lo siguen haciendo. El enemigo era claro hasta los años ochenta, era fuerte, grande, y estaba en otro sitio. Pero eso cambió, el enemigo perdió fuerza y todos nos alegramos porque no sabíamos que era preferible el equilibrio en el miedo a lo que vendría después. El triunfo de Reagan, Thatcher, Wojtyla, Walesa y millones más parecía traer paz, pero el nuevo enemigo ya se fortalecía en el odio, abonado por la incultura y la miseria, y esta vez era fuerte y débil, grande y pequeño, y estaba lejos, cerca, dentro y fuera: en todos sitios. Y llegó 2001, y unos cohetes que ni eran cohetes ni iban a la Luna, alcanzaron su destino anticipado y vertical. Y aquello sí fue un gran paso para la humanidad; hacia atrás, pero grande sin duda: el poder de unos cientos de fanáticos con veneno en lugar de sangre, cambió el mundo más de lo que la fuerza de millones en aras del progreso lo había hecho 32 años antes.

11 de septiembre de 2009. El mundo sigue siendo lo que ha sido siempre: un tablero de juegos para que los hombres se amen y se maten con ayuda de su inteligencia superior, pero al son de sus instintos inferiores. Nueva York recuerda a sus 2.751 muertos con oficios religiosos, torres de luz, conciertos e incluso una carrera en la que se pueden personalizar los dorsales para que digan en memoria de quién corres. El Presidente hablará y todos los ciudadanos harán suyo el discurso. América nunca olvidará a los que reposan en paz. Dentro de seis meses también celebraremos aquí un aniversario, habrá algún acto de tapadillo en Madrid, al que irán unos y del que renegarán otros, y los cadáveres de los trenes seguirán volando de izquierda a derecha y de derecha a izquierda; vieja y elegante España. Pero tampoco en Nueva York es amor y fraternidad todo lo que reluce, business is business, y si el Empire State se construyó en menos de un año y dos meses (eran otros tiempos), la Zona Cero sigue siendo un solar en el que no hay presupuesto para elevar las nuevas torres previstas, por más que la memoria y el orgullo pidan a gritos que se vuelvan a levantar las Torres Gemelas tal y como eran. Construyan lo que construyan, siempre recordaremos que aunque parecía que todo iba a cambiar en 1969, fue en 2001. Y ya que nunca dejará de haber quienes sueñen con volver a estrellar aviones en el corazón de las ciudades, que sepan, al menos, que serán superados por otros que harán que el hombre cumpla su destino, por aquellos que lograrán que pongamos el pie en Marte, y más allá.





La Voz, Jerez, 8 de septiembre de 2009. Aunque en el culo del mundo, algunos por aquí tampoco olvidamos.





martes, 1 de septiembre de 2009

Otoño nuevo, vida nueva



Llega septiembre, y con él lo mejor del verano: su final. Semimuertos en la hoguera de agosto, alcanzamos milagrosamente el nuevo mes rogando por algunos grados centígrados menos y algunas buenas expectativas más. Hasta hace dos años se las veían negras en las viñas para conseguir jornaleros dispuestos a cortar uva con tijeras de podar, y ahora los jornaleros se las ven y se las desean para disputar a las vendimiadoras mecánicas algún racimo; así (de jodida) es la vida. Un poco menos lo ha sido para los comerciantes de la ciudad, pues ingresar durante las rebajas un 15% más que el año pasado es para darse no con uno, sino con dos o tres cantos en los dientes. Lo mismo tienen que hacer los andaluces que, según un estudio, son los españoles que más tardan en adaptarse al trabajo tras las vacaciones, pues hay por ahí un millón de ellos que no tiene que adaptarse a nada porque está de vacaciones permanentes y forzosas. En Jerez sabemos mucho de eso, más que nadie, y en consecuencia sería de esperar que la cesta de la compra fuese de las baratitas de España; pues nada, nuestra ciudad está entre las 20 más caras. O aquí la gente saca petróleo de debajo de las piedras, o hay más mentirosos que orejas. Por lo menos a pocos de nuestros conciudadanos les tocará la subida de impuestos que se anuncia, ya que aquí la tendencia es a que haya sólo dos “clases” de ciudadanos: los nadaeuristas y los mileuristas, así que eso de la clase media empieza a sonarnos a chino. Hablando del Gobierno, como las cuentas no es que no salgan, sino que salen fatal, no sólo se acercan subidas de impuestos (dicen que sólo a los ricos, ¡pero si de donde más sacan es de los impuestos indirectos que nos meten directamente a todos!), sino que ahora resulta que las autonomías le deben 6.000 millones al Estado; ¿no era el Estado el que le debía chorrocientosmil millones a las autonomías?; ¿es que no somos todos estado y autonomía al mismo tiempo? Yo, particularmente, lo que mi ser español deba a mi ser andaluz, lo compenso con lo que mi ser andaluz deba a mi ser español, y santas pascuas. Si no hay trabajo, al menos parece que en Jerez sí tenemos conciencia ecológica, pues el Ayuntamiento nos pone unos Puntos Limpios Móviles para echar todo tipo de desperdicios, y así aprendemos a reciclar más y mejor. Esperemos que la planta de reciclaje y compostaje Las Calandrias ya esté funcionando como planta de reciclaje y compostaje, porque las últimas noticias que teníamos de ella eran que hay vertederos ilegales en mejores condiciones higiénico-sanitarias que dicha planta. Por cierto, el Guadalete sigue hecho una mierda; cada varios meses Sánchez o Becerra nos venden la moto de las aguas cristalinas (aún nos ruboriza la presentación en la Expo de Zaragoza), y luego a marear la perdiz, como siempre, por eso exigimos ¡YA! un baño de la Alcaldesa y la Delegada a la altura de los Llanos de la Ina, o mejor, una pelea de barro, aunque allí lo que hay es cieno. Y ya que estamos con el cieno, cenagosa es la situación de los que no tienen trabajo, pero también la de los que lo tienen y no cobran, como los trabajadores de Cojetusa, que ya están anunciando medidas de fuerza. ¿De quién es la culpa, de la empresa que no les paga, o del ayuntamiento que no paga lo que debe a la empresa? Menos mal que por lo menos el Xerez C. D. está en primera, y eso es algo que no se paga con dinero… ¿o sí? Y hay por ahí otra cosa que no tiene precio, y es la Alcaldesa anunciando la entrada en vigor de la, agárrense, “Ordenanza Municipal de Medidas de Apoyo a los Jerezanos y Jerezanas en el Mundo”. Señora alcaldesa, de verdad, ¿no sería mejor que se dejara de chorradas y apoyara un poquito a los jerezanos que estamos aquí?


La Voz, Jerez, 1 de septiembre de 2009 (por fin)