domingo, 31 de agosto de 2008

China, Inglaterra, España

Se acabaron los JJ.OO. de Pekín (¿qué diablos es Beijing?), y no sólo han sido los más espectaculares y grandiosos de la historia, sino que difícilmente serán superados en el futuro. Sin embargo, más allá de organizaciones perfectas, instalaciones maravillosas y retransmisiones televisivas falseadas y preciosas, lo que en verdad se ha demostrado espectacular y grandioso es el poder de China; un poder inabarcable, creciente y temible, al que nadie, absolutamente nadie entre los poderosos, se atreve a rechistar. Porque una cosa es oír a los representantes del “mundo libre” mentar la democracia por aquí, los derechos humanos por allá, y el Tíbet por acullá para contentar a sus masas de votantes, y otra muy distinta es verlos en el “nido de pájaro”, firmes como reclutas, rendidos a la potencia inevitable; Merkel, Sarkozy, Bush…¡qué pena! Aunque, siendo pragmáticos, entendemos su actitud: si no se puede parar a los chinos, ¿para qué enfadarlos? Más allá de la propaganda, los valores en el mundo de la alta política han muerto; ¡viva China!, ¡viva Rusia!

En 2012 Londres tomará el relevo de Pekín, y los ingleses, que ya olvidaron su pasado imperial y ahora son prácticos y realistas, han admitido que será imposible superar los cuentos chinos, así que ni lo van a intentar, y lo que harán será sustituir la enormidad asiática por un estilo propio, original y divertido; muy british; y muy inteligente. Ni ellos ni nadie deberían sentirse avergonzados por no poder superar el listón amarillo, pues no existe otro país en la Tierra en el que un régimen corrupto y repugnante tenga a su disposición recursos económicos ilimitados y más de mil millones de personas para usar a voluntad. Cuestión aparte es por qué se permite que los Juegos sean organizados por países contrarios a la libertad y al espíritu olímpico (si es que eso existe), y para responderla habría que volver al final del primer párrafo. En todo caso, no es ninguna novedad: baste recordar al osito Misha, si bien en aquél tiempo hubo países con dignidad suficiente como para no acudir a glorificar al sangriento imperio soviético. ¿Que no se deben mezclar el deporte y la política?, ¡pero si unos JJ.OO. son precisamente la más alta expresión de eso! ¿Acaso no se ha consentido, por medio del deporte, que una pesadilla política se exhiba como un sueño placentero?
En cuanto a los resultados deportivos de nuestro país, han sido decepcionantes. Un deportista puede tener mala suerte, pero 282 deportistas no. Lo mejor para aclararse es comparar nuestras 18 medallas con las 40 de Francia, las 28 de Italia, o los increíbles 19 oros de Gran Bretaña. Y si nos centramos en el atletismo, hablar de fracaso sería quedarse muy corto; como casi todo y casi siempre en España, otra vez será.








La Voz, Jerez, 31 de agosto de 2008. Parece mentira que hayan pasado ya 16 años de los maravillosos y españolísimos Juegos Olímpicos de Barcelona.

sábado, 30 de agosto de 2008

La última legión...de disparates




Imaginad un telefilme de tres al cuarto, de esos que emiten durante la sobremesa en Antena 3, o una de esas películas que en Estados Unidos van directamente al videoclub pero aquí nos estrenan en los cines. Imaginad, además, que es un plagio descarado, desvergonzado, lamentable y casi humorístico de El Señor de los Anillos. No en el argumento ni en el presupuesto (por razones obvias), pero sí en los personajes (Ambrosinus es un remedo barato de Gandalf), en las escenas (el viaje a Britania cruzando montañas es un calco desgraciado del viaje de la Comunidad del Anillo a través de las Montañas Nubladas), y en la música (a años luz de la de de Howard Shore). Imaginad una película de Jackie Chan, con la misma profundidad psicológica y argumento adulto, pero con una preciosa chica india dando patadas en lugar de Jackie Chan. ¿Es eso “La última legión”? No; es aún peor. Otra cosa es que nos la tomemos como una comedia de humor absurdo, en cuyo caso ganaría muchos enteros, pero me temo que no es el caso porque, sencillamente no hay por dónde cogerla. Parece mentira lo bajo que pueden llegar a caer actores como Ben Kingsley (¡Por Dios, este hombre tiene el Oscar al mejor actor!), Colin Firth o John Hannah. En cuanto a su fidelidad a lo que sucedió, podríamos decir que cogen dos o tres hechos reales para justificar históricamente la película (la caída de Rómulo Augústulo, que pone fin al Imperio Romano de Occidente), desarrollando acto seguido una patraña que no tiene nada que ver con la historia. Tristemente, hay personas que creen que aprenden algo viendo este tipo de cosas, mientras los libros cogen polvo, e incluso excelentes series televisivas como “Roma” (bastante ajustada, dentro de lo razonable, a las crónicas) no son vistas por casi nadie.
El final es, sencillamente, hilarante, y no lo desvelaré por si hay algún pobrecillo que aún tiene ganas de verla. Yo podría haberme mosqueado mientras la veía, pero decidí tomármelo como el que ve “el club de la comedia” o un mal capítulo de alguna mala “sit com” española.
Así que, si algún amigo os recomienda ver esta película, sólo puede ser por uno de estos tres motivos:
1) En realidad no es vuestro amigo.
2) Su cerebro ha sufrido un proceso de gelatinización irreversible.
3) Quiere vengarse porque le recomendasteis que viera “Zelig”.

La última Legión, la peor película de romanos de las últimas décadas: 1/10 (el punto se le otorga por lo guapa que es la chica, Aishwarya Rai)

martes, 26 de agosto de 2008

Políticos analfabetos



Noticia aparecida esta semana en los medios:




"Una cuarta parte de los alcaldes españoles no pasa de los estudios de ESO"




Y la gente va y se sorprende. ¿De qué? Es la simple constatación de que el nivel de los dirigentes es acorde al de los dirigidos. Y, además, casi mejor así, me explico: es mejor un alcalde sin estudios, que parece que no tiene estudios, que un ministro con estudios, cuyo comportamiento, dicción e inteligencia es peor que el de muchos que no tienen estudio alguno. Concretando: ¿podrían ser más zafias, paletas y analfabetas funcionales las ministras Álvarez y Aído (por poner dos ejemplos) si no tuvieran estudios?


Por cierto, ¿alguien cree que tener una carrera universitaria es demostración de inteligencia, capacidad o valor? No pretendo despreciar el hecho de tener unos estudios universitarios, pero no los sobrevaloremos. Hay estudios y estudios, carreras y carreras, y alumnos y alumnos. Y lo cierto es que en España sobran los gilipollas ignorantes con una licenciatura debajo del brazo. Véase, ilustrativamente, el Gobierno de España (o la oposición).

El (triste) fin de la infancia

Tras la muerte, hace unos meses, de Arthur C. Clarke, compré uno de sus libros más famosos y recomendados por los aficionados a la ciencia ficción. Se trata de "El fin de la infancia", y nos cuenta la llegada a la Tierra de una raza extraterrestre mucho más avanzada que nosotros (los "superseñores"), que, de alguna manera, toman las riendas del futuro de la humanidad de manera pacífica y beneficiosa, pero haciendo que esta pierda parte de su independencia. Naturalmente esto tiene un motivo, que se nos revela casi al final del libro y no voy a desvelar aquí.
Aunque las críticas que me hicieron leer esta novela decían que era poco menos que una obra cumbre, y que su final era apoteósico, sorprendente y bellísimo, no estoy nada de acuerdo.

Para mí es una buena novela, desde luego. Entretenida y sorprendente, sí, pero con una trama cada vez más triste hasta desembocar en un final, más que bello, tristísimo y deprimente.

Me alegro muchísimo de que la posibilidad planteada en el libro sea, sencillamente, imposible, ahora o dentro de un millón de años. Me gusta ser humano, con las grandezas y las muchísimas miserias que ello comporta. Y me quedo con "2001".

viernes, 22 de agosto de 2008

Virgen a los 40

A mí es que este tío, Steve Carell, me hace gracia, me cae bien. Será por eso que esta peli me ha gustado. Bueno, no demasiado. La esperaba más divertida y menos lenta, con más puntos. Así que le voy a dar un 5,5 /10, que subo a 6/10 por el baile de los créditos finales y por el friki de Carell.
No os confundáis creyendo que esta crítica es patética. Tan sólo es breve y concisa.

JK 5022


Ningún accidente de un medio de transporte nos afecta tanto como el de un avión. ¿Por qué? Quizá sea, como los propios accidentes aéreos, por una concatenación de factores, pues para que se produzca la caída de un pájaro metálico hacen falta, casi siempre, muchos fallos a la vez (por eso, precisamente, se trata del medio más seguro, porque todos los sistemas importantes son redundantes). Así, el corazón se nos encoge al ver caer un avión porque normalmente no mueren pocas personas, sino muchas decenas o cientos de una vez; porque nos imaginamos el horror de sus muertes; porque nos lo cuentan, nos lo refriegan, cientos de veces a todas horas en todas las televisiones, radios y periódicos; porque demasiada gente habla de lo que no tiene ni remota idea (sinceramente, ver las tertulias del tomate haciendo especiales sobre el accidente es algo que me produjo ganas de vomitar, ganas de entrar en el plató metralleta en mano. ¡Sinvergüenzas!, igual hablan de la Pantoja que de 150 achicharrados, ¡malditos sean!). Pero, sobre todo, los accidentes aéreos nos fascinan porque la mayoría seguimos sintiendo en el fondo que volar es algo antinatural y milagroso, como si cada vez que se produce un despegue exitoso estuviéramos desafiando a los dioses. Como si de vez en cuando ellos castigaran nuestra osadía, pues si hubieran querido que volásemos nos habrían dado alas.
No nos dieron alas, no, pero nos dieron inteligencia para comprender las leyes de la física y aprovecharlas en nuestro beneficio. Físicamente, el vuelo de un avión no es más misterioso que la navegación de un barco o el rodaje de un coche. Sin embargo, ahí sigue y seguirá, cada vez que vemos un avión iniciar su vuelo, la magia en nuestro corazón. Y algunas veces, el horror.
Antes o después se sabrá qué fallos humanos y/o mecánicos condujeron al desastre. Y ese conocimiento servirá, probablemente, para evitar que suceda lo mismo en el futuro. Mientras tanto, descansen en paz los muertos, y que el sufrimiento de los heridos, de los familiares y de los amigos sea lo más leve posible. Porque el sufrimiento de los demás terminará tan rápidamente como empezó: otros accidentes, otras guerras, otras medallas olímpicas, otros partidos de fútbol reemplazarán el lugar de los muertos del JK 5022 en nuestro corazón.

martes, 19 de agosto de 2008

Mestizaje del bueno

En los JJ.OO., en tenis de mesa, hoy:
"La española Zhu Fang pierde ante la holandesa Jie Li su encuentro de tenis de mesa femenino"

¡Qué tiempos aquellos en los que todas las españolas se llamaban Carmen o María! (Lo digo sólo como curiosidad, sin nostalgia)

Taken

Me resisto a llamar a esta película "Venganza", que es como la han traducido en España. Si se llama "raptada" o "llevada", ¿por qué la llaman "venganza"? Peor aún, porque el título no es nada acertado, ya que el protagonista no busca venganza, sino recuperar a su hija a la desesperada, puesto que si tarda demasiado la perderá para siempre.


Viendo la foto podría parecer que estamos ante otra película de justicieros, y así es, sólo que este no busca justicia, busca solucionar un problema: el secuestro de su hija, y para ello, como todo padre entenderá, está dispuesto a lo que sea, sin que la ley (o cualquiera otra de esas cosas que siempre frenan a los buenos pero nunca a los malos) suponga un obstáculo en el que esté dispuesto a reparar.

La trama nos mete el miedo en el cuerpo al hacernos ver lo indefensos que estamos ante el crimen (en este caso organizado), y nos lleva a pensar que si un tipo como Bryan (poco menos que un superhombre con todo típo de habilidades y contactos) las pasa canutas, ¿qué podríamos hacer nosotros en una situación así?

Una buena película de acción con un gran Neeson que me recuerda muchísimo al personaje de Jack Bauer en 24: si Bauer está dispuesto a hacer lo que sea necesario por su país, Bryan está dispuesto a lo mismo por su hija; como él dice "derribaría la torre Eiffel si fuera necesario"...y casi.

Taken: 7,5/10

Superagente 86


Keyser va a decir que mi criterio cinematográfico no tiene ninguna validez, pero me da igual porque ya había perdido todo mi crédito con él gracias a "El incidente".
Mira que me había dicho que era una película malísima y carente de la más mínima gracia...pues nada, allá voy yo a gastarme los cinco euracos en el cine para ver lo que me parecía que iba a ser una comedia con un humor en mi onda. Y, ¿sabéis qué? Que me estuve partiendo de la risa durante toda la peli.
Es un humor un tanto absurdo, como el de la serie original pero mejor, porque si en aquella el protagonista era simplemente un patoso inútil con la única intención de hacer gracia, en esta es lo mismo, pero al mismo tiempo con la intención de, precisamente, no hacer gracia, sino ser tomado en serio. Lo único que puedo decir es que con Steve Carrel me he divertido mucho, que la película es entretenida y está bien hecha (el guión es absurdo pero no pretende ser otra cosa), y que si encima tenemos en pantalla a ese bombón absoluto que es Anne Hathaway, miel sobre hojuelas.
Calificación: 6,5/10

Sin columna el 24

O mejor dicho, con la columna del día 17, que no fue publicada debido a misteriosos acontecimientos cuyo entendimiento sólo está al alcance de las personas que trabajan en las redacciones de los periódicos.
Así que una semana de "vacaciones" forzosas. En el fondo, no está tan mal.

viernes, 15 de agosto de 2008

Tierno amor metálico


Como el paso ocasional de los cometas por el cielo nocturno, así se presenta a los humanos, de vez en cuando, la posibilidad de ver iluminada su gris existencia por la estela colorida y llena de esperanza de una magnífica obra de arte. Nuestra oportunidad en este momento, y puede que falte mucho para que tengamos otra, está en el cine más próximo, y se llama “WALL-E”. Simplificar esta película llamándola “de dibujos animados” o “infantil” es no entender que se trata, simplemente, de buen cine, es decir, el que hace soñar, reír y llorar. “WALL-E” no es para niños, aunque se queden hipnotizados frente a la pantalla, y tampoco para adultos; en realidad, se trata de una maravillosa fantasía hecha para el niño que los adultos llevamos dentro, y por ello nos derrota sin paliativos en todos los frentes: en la mente, en el alma y, sobre todo, en el corazón. Porque si tuviésemos que inscribir esta película en un género, no sería el de la ciencia ficción, sino el romántico.

La Tierra lleva siglos vacía de personas porque estaba demasiado llena de basura para que se pudiera vivir en ella. No queda nada que acompañe a los desperdicios, salvo un robot basurero olvidado por todos. Sin embargo, a lo largo del tiempo, aprendiendo de viejas cintas de vídeo y otros desperdicios, el pequeño cachivache metálico ha desarrollado sentimientos y una sencilla conciencia de sí mismo. Está triste porque sabe que está sólo, y en su patética búsqueda de compañía tan sólo logra, además de despertar nuestra compasión, la amistad de una cucaracha tan necesitada como él. Pero todo cambia cuando del espacio lejano llega una novísima sonda exploradora en busca de vida. Una robot que da sentido a la vida de WALL-E y le hace iniciar, y a nosotros con él, una aventura inolvidable: la búsqueda del amor para la máquina, y la búsqueda de un sentido a la existencia para lo que queda de los humanos, después de siglos de frívolo hedonismo infantil y obesidad ignorante. Con tierna acidez e inocente ironía, “WALL-E” nos enfrenta a un espejo en el que vemos nuestra mísera condición inhumana mientras él, un trozo de metal, guarda en sus circuitos más corazón que toda la carne que puebla la Axiom.

Así, durante 100 minutos vivimos un homenaje visual (y musical) al buen cine de todos los tiempos, desde las comedias mímicas en blanco y negro hasta “E.T.”, pasando por el HALL 9000 de “2001”, “La guerra de las galáxias” y el cine de Verhoeven, hasta llegar a los aliens de Scott y Cameron, haciéndonos recorrer un divertido y emocionante camino que nos conduce a la prometedora conclusión de que nunca es demasiado tarde para que los seres humanos despertemos del letargo y elijamos, aunque sea lo más incómodo, la aventura de la libertad.
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La Voz, Jerez, 17 de agosto de 2008. Aunque la cosa esté muy mal por aquí abajo, por suerte hay alegría en el espacio exterior.

Vuelve el mejor 007

Ya falta menos. En noviembre vuelve a los cines el mejor Bond de la historia, con permiso de...con permiso de nadie: ES el mejor.

El más sádico, el más salvaje, el más frío, y el más asesino. Daniel Craig trae un "poquito de consuelo" a sus desconsolados seguidores en tres meses.

No puedo esperar.

Los mitos siempre crecen

Dicen que Phels va a matar al mito Spitz. Falso. Phels, probablemente, alcanzará el Olimpo de los mitos del deporte para sentarse en uno de los más ilustres sillones, pero ello no hará que Spitz tenga que levantarse. Simplemente, habrá que hace sitio para uno más, y el Olimpo crecerá. Cuando uno alcanza la categoría de mito, nada ni nadie puede arrebatarsela ya jamás. Paavo Nurmi, Bob Beamon, Emil Zatopek, Carl Lewis... Sus marcas están superadas, y muchos de sus logros, pero ellos siguen instalados en la memoria de las sucesivas generaciones. Da igual de qué tipo de mito hablemos (deporte, cine, literatura, política, hechos relevantes...): El 11 de septiembre no acabó con el mito de Pearl Harbor, ninguna novela ha desplazado a Homero en los dos últimos milenios, La Segunda Guerra Mundial no nos ha hecho olvidar la Primera, ni Ronald Reagan a Lincoln, ni los Rolling a los Beatles, ni Pekín a Barcelona.

Ya casi estás en lo más alto. En cualquier caso, enhorabuena, señor Phels.

El caballero oscuro eres tú




No. No es, por supuesto, la mejor película de la historia del cine pero, ¿cuántas películas pueden ser la mejor película de la historia del cine? Así que dejémonos de chorradas, y hablemos de Batman. O mejor dicho, de Batman y del Joker, tan protagonista como él (algunos dicen que más).


Empecemos diciendo que, como en todas las buenas películas, por encima de los efectos especiales (fantásticos), del diseño de producción (impresionante), de las actuaciones (algunas, de Oscar) y de la banda sonora (ideal), está el guión. Y se trata de uno no bueno, sino muy bueno. Porque hacer una película seria, realmente seria, de una historia cuyos protagonistas son un tío disfrazado de murciélago y otro maquillado de payaso, tiene mérito.


¿Es mejor que Batman Begins? Es su evolución, y su complementaria. Ya conocemos los qué y los por qué de Batman, y ahora toca saber si podemos conocer los qué y los por qué de Joker. Y la respuesta es que no hay respuesta. Como dice Alfred a Bruce en un pasaje de la película, "hay hombres que sólo quieren ver arder el mundo", su motivación no es el dinero, ni el poder, tan sólo sembrar el caos. Interesantísimo villano este Joker, pues aunque no tenga aparentemente ninguna característica que le haga especialmente temible (los otros villanos se ríen de él al principio), tiene tres cualidades que, juntas, se convierten en explosivas y casi imbatibles: enorme inteligencia, enorme maldad y, sobre todo y especialmente, el don de corromper a los demás y sacar de ellos todo lo malo que puedan albergar en su interior. Así, el Joker va sometiendo a la ciudad de Gotham a las más duras pruebas, haciendo que el egoísmo y la degeneración vayan floreciendo cada vez con más brío en el corazón de sus habitantes, matándoles, poco a poco, lo único que tienen para luchar: la esperanza.


Dura, muy dura papeleta para Batman y las demás personas decentes que le ayudan en su lucha. Unos pagarán con su vida, otros con su famlia, algunos con su cordura e integridad, y todos tendrán que sacrificar mucho para que la esperanza no muera del todo. Porque la pregunta que subyace en el fondo de todo es ¿merece la pena ser decente? Mientras le damos vueltas a la cabeza en busca de una respuesta muchas horas después de haber salido del cine, el Joker, al que sólo durante una fracción de segundo vemos sin maquillaje, ríe, y ríe, y ríe...

Calificación: 8/10

miércoles, 13 de agosto de 2008

El incidente: Shyamalan se redime

Me habían dicho que ni se me ocurriera tirar tiempo y/o dinero en ver "el incidente", sin embargo, algo en su trailer me atraía poderosamente. Así que, una vez más, desobedecí, pero en esta ocasión para bien, porque con "el incidente" el señor Shyamalan vuelve a la senda del buen cine y firma no sólo su mejor película desde "el protegido", sino una gran película.
Shyamalan ha hecho méritos a lo largo de su carrera para concederle el beneficio de la duda haga lo que haga. Con obras como "el sexto sentido" y "el protegido" se ganó ese derecho, y luego se dedicó a dilapidarlo con "señales" y, finalmente, lo tiró a la basura y lo pisoteó con el gran mamarracho paranóico de 2006 "la joven del agua".
Sin embargo, ahora vuelve con una película con menos pretensiones, con menos presupuesto, con menos expectativas y...con mucho más calado. Porque "el incidente" es una película inquietante, en la que el enemigo es la naturaleza a secas. Un enemigo que no te mata, sino que hace que te mates. Un enemigo con el que no puedes razonar, y que simplemente ha decidido eliminar lo que para él supone una amenaza. Un enemigo del que cada vez es más dificil huir y esconderse. Un enemigo contra el que no hay antídoto, salvo la suerte o que él decida parar. Extraña película con pocos efectos especiales y sin sorpresa final, pero que logra inocularte desazón desde el primer hasta el último momento con poéticas imágenes de muertes incomprensibles cada vez más cercanas. ¡Huye, huye!, nadie te va a matar, te vas a matar tú mismo. Recuerda en cierto modo a "la invasión de los ultracuerpos", sin invasión, sin ultracuerpos, pero con una huída imposible en la que el cerco se estrecha cada vez más angustiosamente.
Como todas las propuestas de Shyamalan (excepto "el bosque"), resulta una fantasía increíble e imposible, pero, ¿lo es realmente?

EL INCIDENTE: 7,5/10

Los siete magníficos

Lo mejor de la televisión actual es que puedes prescindir totalmente de ella y dedicarte a revisionar los clásicos (aunque no es lo que yo hago, pues estoy enganchado a bastantes series, todas ellas muy buenas, de las que os hablaré otro día). Sin embargo, entre capítulos de Perdidos, House, Galáctica, Dexter, Mujeres desesperadas, Roma, The Unit, 24 y Aquí no hay quien viva (lo de Aquí no hay quien viva es, obviamente, una broma), ayer volví a ver uno de los grandes westerns, una de esas pelis que no pasan de moda y que enganchan incluso a adolescentes que en su vida han visto una cinta de antes de 1990. ¿Westerns crepusculares? ESTO, es un western crepuscular, con uno de los elencos más espectaculares que se puede imaginar para una peli del oeste (Yul Brinner, Steve McQueen, Robert Vaughn, Charles Bronson, James Coburn...), con una de las mejores y más recordadas bandas sonoras de todos los tiempos, y con la que es, para mí, la mejor frase de la historia del cine:

-Calvera: Bueno, pero aún no han resuelto ustedes mi problema.
-Chris: Resolver sus problemas no es asunto nuestro.
-Vin: lo nuestro es el plomo.

Una bella historia de perdedores, de pistoleros con orgullo y honor, y bandoleros que no lo pueden entender:

Calvera, a punto de morir: ¿Por qué han vuelto?, ¿por qué han vuelto?

Una magnífica película, en fin, que figura por derecho propio en en olimpo del cine, y que pide a gritos la visión de "los siete samurais" porque, si el original siempre es mejor, no puedo ni imaginar lo buena que será (aunque me temo que para mí el "original" siempre serán "los siete magníficos").

LOS SIETE MAGNÍFICOS: 8/10


lunes, 11 de agosto de 2008

WALL-E

WALL-E : 10/10
(Más, el domingo, en La Voz)

sábado, 9 de agosto de 2008

Todo controlado

Una de las cualidades que tiene que tener un buen líder es ser capaz de hacer creer a los demás, amigos y enemigos, que lo tiene todo bajo control, aunque no siempre sea cierto. Así, grandes genios militares y políticos han logrado superar situaciones imposibles con un arma tan etérea y al mismo tiempo tan letal como la confianza en sí mismos y su capacidad para infundirla en otros; ahí está, por ejemplo, Julio César, a quien no en escaso grado se debe cómo son la Europa y el mundo (civilizado) de hoy. Sin embargo, si algunos creen que poniendo cara interesante y diciendo “lo tengo todo controlado” son buenos dirigentes, están equivocados. El motivo es que para ser grande, o simplemente aceptable, no basta con repetir la frase mágica, sino que en un corto plazo de tiempo hay que tomar decisiones y acometer acciones que demuestren que no se hablaba en vano. Es eso, precisamente, lo que los políticos del PSOE quieren que no entendamos, ya que la comprensión de lo anterior conduce de manera inmediata a la certeza de que los dirigentes socialistas, ya sean las huestes jerezanas de Sánchez, la patulea andaluza de Chaves, o la banda pseoduespañola de Zp, son mandamases equivocados, perniciosos y cancerígenos que tan sólo están capacitados para llevarnos de desastre en desastre hasta el desastre final, aunque siempre afirmando que “lo tienen todo controlado”.

Para ilustrar lo expuesto, señalemos que respecto a los récords de desempleo que nos llueven, a las huestes sólo se les ha ocurrido decir que “sabíamos que era algo que podía surgir” (Mamen Sánchez); a la patulea, que “los datos no son buenos […] pero se trata de cifras esperadas y normales” (Antonio Fernández); y en cuanto a la banda, mejor hacer oídos sordos, porque cada vez que hablan Solbes o Zp, sube el pan. Nuestros gobiernos creen que lo pueden arreglar todo tirando el dinero, y por eso anuncian triunfalmente que recolocar a cada ex trabajador de Delphi nos va a costar 86.000 euros, lo cual es una auténtica barbaridad (por esa cantidad, muchos preferirían retirarse, y queda por ver cuántas recolocaciones va a haber al final –aunque el dinero, seguro que se gasta todo-). Desde que el PSOE gobierna Jerez, el paro sólo ha crecido, pero ellos lo tienen todo controlado y hablan de pleno empleo. En Andalucía, lo mismo; y España, quedó hundida en la miseria en el 96, y ahora va por el mismo camino (como ya lo conocemos, lo estamos transitando a muy buen ritmo).

Visto lo visto, está claro que lo único que controla la “izquierda” es la mente y la voluntad, es decir, la libertad, de ese pueblo llano que algunos cándidos creen que es sabio por naturaleza.





La Voz, Jerez, 10 de agosto de 2008. Todo controlado.

jueves, 7 de agosto de 2008

¿Dónde está el avión?

Viajando por Google Maps (una forma de ver mundo como otra cualquiera), decidí darme una vuelta por el aeropuerto de Barajas, a ver si pillaba la foto de algún avion justo despegando o aterrizando, y he aquí que en la pista 18 L-36 R, un avión acaba de despegar, probablemente hace 3 ó 4 segundos; está a pocos metros de altura según deducimos al ver su sombra. Pues bien, ¿dónde está el avión?

http://maps.google.es/maps?f=q&hl=es&geocode=&q=madrid+barajas&sll=41.979592,-87.90144&sspn=0.015951,0.027466&ie=UTF8&ll=40.52125,-3.559023&spn=0.002039,0.003433&t=h&z=18


Hipótesis:
1) Hay un enanito en Google que se dedica a borrar con el Photoshop los aviones que están recién despegados. Sin embargo, los que están en contacto con la tierra no los toca.
2) Lo mismo que antes, pero en vez de un enanito es un sógüer (software).
3) Casualmente la imágen que vemos corresponde a dos fotos diferentes, tomadas en momentos diferentes, una tomó la sombra, y la otra no tomó al avión porque ya (o todavía) no estaba.

Las tres me suenan improbables, y no creo en aviones fantasmas. Se admiten teorías.

martes, 5 de agosto de 2008

Los sobrevalorados hermanos Cohen

Hay cineastas que hacen una buena película (o varias), son endiosados por la crítica, y luego se dedican a vivir del cuento mientras la crítica les sigue teniendo en el pedestal, no se sabe muy bien por qué. Es el caso de los hermanos Cohen, a los que no se les recuerda una buena película desde...¿Fargo? (y estoy siendo generoso).

Luego, hay espectadores incautos que tropiezan una y otra vez con las mismas piedras, dando oportunidades repetidamente a quienes cada vez se hacen menos merecedores de ellas. Entre ellos estoy. Así, fuí a ver "El gran Lebowsky", que me pareció una gran estupidez, y luego fuí a ver "Oh, brother...", que me pareció una gran gilipollez. Ambas calificadas como obras maestras por la crítica modernita.

Pues bien, el otro día cometí el gran error de ir contra mis principios (volver a ver una película de los Cohen, volver a ver una película de Bardem), y siguiendo la nefasta recomendación de mi amigo "Little Highlander" me tragué "No es país para viejos". La suerte fue que como ya no está en el cine, la descargué de internet y no me costó el dinero pero...¿quién me paga las dos horas que tiré a la basura miserablemente?, ¿Little Highlander? Porque la peli empieza bien, sigue regular, y acaba mal. Lenta, aburrida, prometedora para luego decepcionar, sin desenlace, con un Tommy Lee Jones totalmente desaprovechado (para lo que hace, podrían haber puesto a cualquiera). Con un Bardem que sí, hace un buen papel pero...¿entre los diez mejores villanos de la historia? Y una mierda. No da mal como psicópata, pero daba mucho mejor en cualquiera de los telediarios en los que se le veía desgañitarse contra la "injusticia" hace unos años (al parecer, ya no hay injusticias, porque ni a él ni a ninguno de sus coleguis se les ha vuelto a ver). Vale, muy gracioso el aparatito con el que abre puertas y cabezas, muy chulo su peinado, pero poco más.

No es país para viejos, ni tiempo para perderlo viéndola: calificacion: 3/10 (caca de la vaca)

P.D.: Highlander, me debes 25 desayunos y una cena sushi, pero en TOKIO.

domingo, 3 de agosto de 2008

¿Quién ganará las próximas generales?



Está claro que el mayor poder fáctico de este País es, qué duda cabe, y valga la redundancia, el grupo encabezado por El País... y parece que el PP, después de intentar ganar el poder en contra del todopoderoso y estrellarse estrepitosamente, finalmente ha plegado velas y ha tomado la decisión de arrodillarse y decir "sí, wana". Para ganar necesitan, quizás no el apoyo del grupo, pero al menos, no tenerlo enfrente.

La condición para no ser inmisericordemente machacados y, por lo tanto, tener alguna posibilidad de volver a la Moncloa ha sido, ni más ni menos, que la remodelación de todo el equipo directivo, quitar de la circulación a todos los que les han estado tocando la moral durante los últimos cuatro años, y poner en su lugar a gente que no dé problemas y se pliegue a sus requerimientos. La condición de Mariano, por supuesto, mantenerse en la cima. Pero de ahí para abajo ha hecho todos los cambios que le han "pedido".

El apoyo tácito al nuevo PP y las críticas expresas al PSOE (que no olvidemos, se han desatado por los problemas futbolísticos del grupo) demuestra que apuestan por el cambio para la nueva legislatura de 2012. ZP ya no se pliega de igual forma a sus intereses y, en cualquier caso ya han sacado de él todo lo que racionalmente se podía (el pobre ya no da más de sí), y para colmo, está aún más endiosado con esta nueva victoria.

Lo que está claro es que todo grupo empresarial que se precie debe planificar a largo plazo su estrategia... y nadie mejor que Polanco&friends.

sábado, 2 de agosto de 2008

El Guadalete de Pili

Si hubieran invertido tanto esfuerzo en recuperar el Guadalete como en aprovecharse políticamente del pobre río, a estas alturas nos bañaríamos en él con tranquilidad, y hasta podríamos usar su agua directamente para el biberón de los niños. Y es que los socialistas llevan 20 años “recuperando” el Guadalete como sólo ellos saben: tirando millones a mansalva a cambio de votos, mientras el cauce y la vida que contiene se asfixian sin remedio, convertidos en una triste metáfora de Jerez y Andalucía. Así, como los 115 millones de euros invertidos en el río en los años noventa –¡más de 116.000 pesetas por cada metro de cauce!- sirvieron para que todo siga hecho una porquería (no basta con poner depuradoras, después hay que gestionar), ahora Chaves y Sánchez vuelven al ataque con lo que a ellos les gusta de verdad, que son las presentaciones triunfales en escenarios fastuosos, acompañados de toda la tropa posible, y poniéndose ciegos de langostinos a costa de los que no se pueden permitir ni palitos de cangrejo. Si no fuera porque los diálogos dan pena, estas reuniones de socialistas encantados de conocerse me recordarían al señor Lobo de Pulp fiction, cuando decía esa frase antológica que no puedo reproducir aquí: “no empecemos a chuparnos...”; pues bien, lo de la Expo de Zaragoza ha sido eso mismo, sólo que en vez de no empezar, fue todo un no parar.

Mientras Ecologistas en Acción lleva años tratando de colaborar en el proyecto de recuperación del río, o al menos conocerlo, la Alcaldesa ha pasado olímpicamente de ellos y se ha ido a exhibirlo allá donde hay más cámaras y focos por metro cuadrado, que esta semana era el chiringuito de 3.000.000 de euros que la Junta ha montado a la vera del Ebro; ¿acaso no han notado que la prensa local parece el álbum de fotos de Sánchez? Así está de contenta, con sus ridículos discursos llenos de nada (“sólo las grandes ciudades son capaces de plantearse grandes retos […], de ahí este proyecto”), con sus patéticos arrumacos a Chaves y Belloch, y con Monteseirín pensando en los planetas, la delegada Becerra imaginando que chapotea en la laguna de Torrox, y la delegada Canca haciendo… ¿haciendo qué?

Ellos creen que diseñando rutas para bici y poniendo una caseta con audiovisuales van a recuperar el Guadalete, se ve que en su vida ha metido los pies en el cieno del río. Así que más vale que inviertan los 30 millones en luchar contra la erosión, las construcciones ilegales y las graveras; en poner a funcionar todas las depuradoras de la cuenca; en recuperar los bosques de rivera, limpiar los asquerosos cauces, y en mantener siempre un flujo de agua suficiente para acoger la vida. Todo lo demás son cuentos chinos de esos que Sánchez adora, aunque esta premiere haya sido en Zaragoza.
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La Voz, Jerez, 3 de agosto de 2008. El río Guadalete pasa por ser uno de los más contaminados de España, y al mismo tiempo es uno de los que más dinero público ha recibido para su descontaminación (quizá el que más en términos relativos), así que, ¿por qué tendríamos que creer ahora que van a arreglar con 30 millones lo que no han podido ni querido arreglar con 115? El dinero seguirá sumergiéndose bajo las aguas mientras los peces muertos y las bolsas de plástico siguen flotando sobre ellas. Nada ha cambiado. PSOE forever.