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“…Nos esperan tiempos de vivir al compás de un guión que ni en sus mejores sueños hubieran pensado escribir los insignes Medem y Almodóvar (Deconstruyendo España, se llama), y sólo dentro de cuatro años, si es que aún queda algún despojo, se podrá enmendar el error y comenzar la titánica tarea de reconstrucción.”

Hace cuatro años, quien esto firma aún no escribía columnas en la prensa, pero ya expresaba sus opiniones por medio de las cartas al director. Así, el párrafo anterior, escrito cinco días después de las elecciones de 2004, suponía mi pronóstico sobre lo que la era Zapatero (llegada gracias al atentado más rentable de la historia) supondría para nuestro país. Como ven, desde el principio fui inmune a su disfraz de cordero y sus caramelos de odio envueltos con brillantes papelitos estampados con la palabra PAZ. En contraposición, no obstante, parece que gran parte de la ciudadanía se demuestra inmune a los hechos, y tras una legislatura de demolición, sigue pensando que no pasa nada, que España va bien, que Zp es un patriota bueno y Rajoy un facha malo. Algunos lo achacarán a la ignorancia, otros a la manipulación; yo, sin embargo, estoy convencido de que, tras lo visto y oído en los últimos 48 meses, quienes siguen siendo partidarios de Zp, es porque son como Zp; son Zp´s.

En 2004, Zapatero, el humilde, decidió hacer de sí mismo su eslogan de campaña; pasó a ser “Zp”, repartió globos de colores y encandiló a tantos bobalicones como pudo. Algunos sonreímos despectivamente, y pensamos que se hacía un flaco favor comportándose como un payaso, que España era demasiado país para permitir que semejante necio llegara a gobernar. Nos equivocamos. En 2008, Zp riza el rizo y hace de sus grotescas y absurdas cejas su reclamo electoral. Pero ahora ya no hay lugar para la sonrisa, sólo hay pavor ante la posibilidad de que quien tanto y tan profundamente desprecia a este país revalide su mando sobre el mismo. Si para caer al abismo hay que dar mil pasos, siempre habrá irreflexivos que, tras 999, dirán que no hay que alarmarse porque se avanzó mucho sin caer a ningún sitio. El Presidente ha caminado demasiado en esta legislatura, pero aún no caímos del todo…necesita otra. Enfrente tiene al PP, esclavo de sus complejos y de la corrección política; pero no sólo a él: por fin han aparecido partidos valientes que dicen lo que muchos queríamos oír desde hace tiempo (la educación volverá a ser competencia del Estado, no se pactará con nacionalistas, se reformará la ley electoral, etc.): UPD y Ciudadanos son un revulsivo necesario, y puede que lo mejor para España sea otorgar el voto a alguno de ellos el próximo domingo.

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La Voz, Jerez, 2 de marzo de 2008. Falta una semana.