jueves, 6 de marzo de 2008

El bluf

Lo prometido es deuda, y Mafd se ha encargado de recordarmelo, así que ha llegado la hora de hablar sobre el bluf.
¿Conseguí colarlo?, ¿lo olvidé?, ¿no me atreví?...
La respuesta es la siguiente: el bluf fue convenientemente colado el pasado 16 de diciembre, menos de un mes después de anunciarlo.
La columna se titulaba, "DIVORCIO SANGRIENTO" (16-XII-2008), y la primera vez que se publicó fue con el título "DIVORCIO SANGRIENTO", el 2-II-2005, en Diario de Jerez.
Así que he ganado la apuesta. O no. Lo cierto es que mi principal obsesión, más que colar el bluf, era que nadie se diera cuenta. Una vez me puse a buscar la columna apropiada para el experimento me di cuenta de que la cosa era más dificil de lo que parecía. Para empezar, todas las colgadas en la bitácora (es decir, la mayoría) dejaban de ser posibilidades. Así que tuve que retrotraerme a los orígenes. Sin embargo, ahora el problema era otro: el estilo ha cambiado en casi cuatro años, la longitud de mi columna también, y los asuntos candentes no menos. Por lo tanto, la columna elegida hubo de ser modificada ligeramente de manera necesaria, pues había que alargarla y, además, contenía una referencia que la invalidaba para ponerla tal cual.
De tal manera que, mantuve el título original y los dos primeros párrafos inalterados, y cambié el tercer párrafo, además de pasar de 2.034 a 2.676 caracteres. A continuación reproduzco ambas columnas (en color verde las partes coincidentes) y dejo a vuestro arbitrio si se me puede considerar o no ganador de la apuesta.

DICIEMBRE 2008

Para que un matrimonio conviva dignamente y en paz, debe existir un mínimo equilibro entre sus componentes. Sucede a veces que uno de los miembros es excesivamente dominante, cree poseer la verdad absoluta y termina anulando al otro. Llegados a este punto se está a un paso de la humillación permanente y de la violencia física. Tanto se le repite al dominado lo malo que es, que acaba creyéndoselo y casi agradeciendo que se le zurre de vez en cuando. La infidelidad pasa a ser algo comprensible, pues el avasallador de puertas para adentro se hace la víctima de puertas afuera. En casos extremos corre la sangre.

Haciendo un símil entre ese tipo de matrimonios y la vida política española, podríamos decir que el Partido Socialista, en el papel de “macho ibérico”, tiene totalmente asustado y acomplejado al Partido Popular, habiendo logrado que se sienta culpable de todos los males que en el mundo han sido. A fuerza de repetir eslóganes vacíos pero efectivos, los socialistas han inyectado en el imaginario colectivo la idea de que ellos, y sólo ellos, representan la democracia, y por tanto aquello que contravenga sus designios es fascismo. Cada vez que se ven en la peligrosa situación de tener que argumentar y razonar, se sacan un poquito de “memoria histórica” del bolsillo, y aquí no ha pasado nada. Ahondando en el símil, diríamos que la prole indefensa ve cómo papá se gasta el jornal en parrandas con furcias nacionalistas, mientras la cobarde de mamá llora en casa por haber perdido la escaramuza de la propaganda, en lugar de plantear la batalla de las ideas y los principios.
Este es el más grave problema que amenaza a nuestra inmadura y ya decadente democracia. Y lo peor es que, conforme pasan los años, la situación se va tornando más oscura, contaminada y peligrosa. Porque el problema no es tanto que papá se vaya de putas (total, no es el primero ni será el último que lo haga), sino que se va con unas que, además de feas, le roban la cartera, le ponen bombas en la casapuerta, y le escupen en la cara mientras le insultan. Tentados estaríamos de pensar que a nuestro obrero le va el rollito masoquista, pero lo suyo es, más bien, sadismo, pues el dinero que lleva ni siquiera es suyo, las bombas casi siempre estallan cuando pasa un vecino, y el escupitajo y los insultos impactan en quienes están a su alrededor. Lo cierto es que la pobre familia está aterrada, ya no aguanta más, y en su desesperación se plantea el divorcio para dentro de unos meses. No sería extraño, sin embargo, que los muy ilusos acabaran dando otra última oportunidad al maltratador. ¡Ay!, ¿tendrán que estar en la tumba para aprender que ese tipo de seres nunca se redime?





FEBRERO 2002
Para que un matrimonio conviva dignamente y en paz, debe existir un mínimo equilibro entre sus componentes. Sucede a veces que uno de los miembros es excesivamente dominante, cree poseer la verdad absoluta y termina anulando al otro. Llegados a este punto se está a un paso de la humillación permanente y de la violencia física. Tanto se le repite al dominado lo malo que es, que acaba creyéndoselo y casi agradeciendo que se le zurre de vez en cuando. La infidelidad pasa a ser algo comprensible, pues el avasallador de puertas para adentro se hace la víctima de puertas afuera. En casos extremos corre la sangre.
Haciendo un símil entre ese tipo de matrimonios y la vida política española, podríamos decir que el Partido Socialista, en el papel de “macho ibérico”, tiene totalmente asustado y acomplejado al Partido Popular, habiendo logrado que se sienta culpable de todos los males que en el mundo han sido. A fuerza de repetir eslóganes vacíos pero efectivos, los socialistas han inyectado en el imaginario colectivo la idea de que ellos, y sólo ellos, representan la democracia, y por tanto aquello que contravenga sus designios es fascismo. Cada vez que se ven en la peligrosa situación de tener que argumentar y razonar, se sacan un poquito de “memoria histórica” del bolsillo, y aquí no ha pasado nada.
Ahondando en el símil, diríamos que la prole indefensa ve cómo papá se gasta el jornal en parrandas con furcias nacionalistas, mientras la cobarde de mamá llora en casa por haber perdido la escaramuza de la propaganda, en lugar de plantear la batalla de las ideas y los principios.
Este es el más grave problema que amenaza a nuestra inmadura y ya decadente democracia. Quizá logremos revitalizarla un poco aprendiendo del coraje de los iraquíes que el domingo pasado decidieron ir a votar aún a sabiendas de que se estaban jugando la vida. ¡Eso es desear la libertad! Libertad a la que el gobierno socialista de España no podrá decir que contribuyó en lo más mínimo aunque, ¿qué importa eso? Ellos siempre tienen razón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡ja, ja, ja!!!, ¡¡sí señor!!, ¡Por supuesto que se te puede dar por ganador!

En todo caso, en mi descargo debo aducir que yo no leo los diarios de Jerez como bien sabes, por lo que al desechar los publicados en la bitácora, las opciones de localizarlo eran bastante reducidas. No obstante, y sin intención de echarme flores inmerecidas, debo reconocer que sospeché que esa columna podría ser la elegida, pues el tema es (muy tristemente) perfectamente aplicable a diferentes momentos.

En todo caso ¡enhorabuena! (y no precisamente por la "colada", sino más bien por el contenido, claro...)

Nadie dijo...

Gracias, MAFD. Tu olfato te sirvió bien. El domingo veremos si la familia renueva la confianza en el putero maltratador. No quiero se pesimista, pero mucho me temo que ...

Anónimo dijo...

Esperemos, esperemos...