El lagarto Juancho era un reptil muy limpio y ordenado que mantenía su lagunita como los chorros del oro, de modo que más le hubiese valido al Ayuntamiento dejarlo donde estaba, por que desde que al pobre lo desterraron, la balsa de Torrox languidece como una triste charca insana, vertedero de mierda y lugar de esparcimiento para gentuza, es decir, como un reflejo de los ciudadanos y gobernantes que habitan en el pueblo.
El gusto que tienen nuestros regidores por inaugurar cosas a foto y platillo para luego dejarlas pudrirse, es tan sólo comparable a su poca vergüenza y falta de originalidad en las excusas, aunque en esto último no podemos criticarles: ¿para qué van a inventar mejores mentiras, si las que usan cuelan siempre? Es por ello que la delegada Becerra se lava las manos (suponemos que no en las fecales aguas de Torrox) diciendo que el problema es que al Ayuntamiento aún no se le ha entregado la obra, como si así dejaran de ser responsabilidad municipal los problemas de salubridad y deterioro de los equipamientos públicos; como si ello hubiera impedido programar actividades para los niños en dicha cochinera; como si algunas obras no hubieran merecido todo el mimo del mundo antes de haber sido entregadas (la “pamplina escénica”), mientras otras parece que no se entregarán así pasen los milenios (el parque de Vallesequillo); como si fuera una casualidad que, precisamente cuando se publican las fotos del charco-vertedero, la Delegada diga que la limpieza estaba “programada” para el día anterior; como si…
Así pues, según la teoría Becerra, si en el foco infeccioso de Torrox se cometen asesinatos o violaciones, el Ayuntamiento dirá que eso no es cosa suya porque la obra no está recepcionada (menuda estupidez eso de “recepcionada”), lo cual me lleva a sugerir que se celebren allí las protestas contra el catastrazo, para que así la policía municipal no pueda detener a ningún peligrosísimo manifestante. En todo caso, si la obra aún no se ha entregado, lo que tiene es que estar vallada y con el acceso prohibido hasta que sea provista de un mantenimiento y una seguridad decentes. Y si el problema es que no hay dinero porque estamos arruinados, que se coja de los dos millones de pesetas que cada día nos cuesta Onda-votaPSOE-Jerez; ¿por qué será que a la patética herramienta municipal para lavar cerebros “nunca le farta de ná”?
Como mi casa no la limpia el Ayuntamiento, por suerte, y necesito un empleado de hogar serio y hacendoso, hago una oferta a Juancho con la esperanza de que aún no se haya convertido en monedero. Además de 1kg diario de carne cruda, le prometo el mejor rincón de mi terraza y una bañera llena de agua. De agua fresca y limpia, por supuesto, no como la de Torrox.
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La Voz, Jerez, 11 de mayo de 2008, ¿merecemos tener parques que ni siquiera son dignos de las ratas que mueren (por infección) en sus aguas?
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