viernes, 12 de septiembre de 2008

El hombre que pudo reinar...


...O cómo la ambición del hombre es causa de todo lo memorable que le acontece, así como de su perdición.
Empieza como comedia, y acaba como tragedia. Parece intrascendente, pero es de las que fermenta en el interior y va creciendo como un bizcocho hasta ser reconocida como lo que es: una gran película. Humor hilarante que hoy no sería admitido por ningún estudio. Desparpajo interpretativo exudado por los protagonistas y, sobre todo, un absurdo gusto, más bien necesidad, por la aventura. Aventura que da sentido a la vida, aunque cueste la vida.
La imagen final de la película, rey coronado que nunca olvidaremos.

El hombre que pudo reinar, cine de otra época para ver sin nostalgia. Y, sin embargo, ¡qué nostalgia!
7/10

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