domingo, 21 de septiembre de 2008

El último rey de Escocia, o la locura

Hay dos películas sobre el drama africano que me han encantado en los últimos tiempos. Una es Hotel Ruanda, la otra es esta.

Como buen drama, "El último rey de Escocia" tiene dos partes bien diferenciadas. La primera, idílica e idealista, en la que un joven médico con ansias de ayudar marcha a África (Uganda) y tiene la excepcional experiencia de conocer al nuevo Presidente del país: el dictador Idi Amin. Las circunstancias le llevan a intimar con él y convertirse en su médico personal y asesor. A través de los ojos del jóven doctor Garrigan se nos presenta una imágen amable del dictador, una cercanía humana. Garrigan se deja llevar, ve lo que quieren que vea, su capacidad crítica se nubla...y poco a poco se va hundiendo en el pozo infecto de la realidad ante la que vuelve la cabeza, y ante la que nada puede hacer cuando, demasiado tarde, la descubre. Estamos ya en la segunda fase de la película; dura, angustiosa, decadente, sin concesiones, casi "gore", como esa no ficción que se vive día a día en muchos rincones del continente negro, lleno de líderes salvajes y sanguinarios como lo fue el propio Amin.
Amín fue derrocado, demasiado tarde, como siempre, y no pagando por sus crímenes, como casi siempre (murió de viejo en la casa de una dictadura amiga). Garrigan lo pierde todo en su viaje, excepto la vida. Y no sin haber hecho méritos para ello.
El último rey de Escocia, una película sobresaliente con dos interpretaciones principales sobresalientes. 8/10

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Bajando!