domingo, 9 de noviembre de 2008

Suerte, América

En el año 2000 lamenté la derrota electoral de Gore frente a Bush, pero en 2004 me alegré de que Bush ganara a Kerry; en cuanto a las recientes elecciones, hace diez días todavía no sabía si prefería a McCain o a Obama. Así pues, que me acusen de pragmático o ecléctico, pero no de inmovilista. De hecho, venció mi candidato, aunque admito que me decidí por él tan sólo dos días antes de la votación: comprenderán que con Zp y todos los progres del mundo apoyándole, era una decisión difícil. Cualquiera de los aspirantes habría supuesto cambios importantes, pero Obama aporta ilusión y aire fresco a un país y un mundo muy necesitados; por ello, tras el mandato de Bush, la sensación general de agotamiento obligaba a apostar por un revulsivo que no podía ser un abuelo de 72 años, y sí un hombre joven, elocuente y, además, negro (mulato, en realidad).

Obama parece listo, por lo tanto debe ser consciente de que no es lo que mucha gente cree que es: un mesías con la receta mágica para salvar el planeta; de hecho, ni siquiera teniéndola podría hacerlo, pues aunque vaya a ser uno de los poderosos del mundo, el mundo es muy grande, muchos son los poderes a repartir, y más aún los problemas. No obstante, podría marcar un hito en el camino; ojalá. De momento parece llegar inmaculado, sin resentimientos, y más independiente del “sistema” que sus predecesores. Además, sabe que va a decepcionar a muchos y lo admite a priori, pues sus trabajos serán más de doce, y mayores que los de Hércules: no bastará con salir de Irak, sino que tendrá que conseguir que marcharse sea mejor que permanecer; no podrá salir de Afganistán antes de ganar la guerra, para lo que necesitará que otros, además de los suyos, sigan aportando cimientos en forma de soldados muertos para construir algo parecido a una democracia. Y no podrá hacer mucho contra la crisis económica, pues el déficit y los planes ya aprobados gravitarán como lápidas sobre su espalda. Sí podrá, sin embargo, dar esperanza, factor clave para cualquier recuperación, aunque caduca pronto si no es renovada. Obama dispondrá de un breve periodo de gracia: los que usaban a Bush como excusa para justificar su odio a los Estados Unidos de América fingirán durante un tiempo, pero cuando el Presidente se aleje de sus deseos (y tendrá que hacerlo, necesariamente, para defender la Libertad y los intereses de su pueblo) volverán a su ser.

A lo largo de la historia, la esencia de la democracia ha ido migrando y evolucionando de Oriente a Occidente. De Grecia paso a Roma, desde allí se extendió por Europa, y de esta saltó a América. Y ha sido allí donde, una vez más, lo imposible se ha convertido en posible, lo posible en probable, y lo probable en realidad. Suerte, Obama; suerte, Tierra de los Sueños.


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La Voz, Jerez, 9 de noviembre de 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más, y aunque ideológicamente pudiera parcer lo contrario, vuelvo a estar de acuerdo contigo. Prefería a Obama antes que a McAin (Palin), y en este caso coincidiendo con la patulea de intelectualoides de salón y artistas de la prebenda y subvención. No obstante, imagino que dejaré de coincidir con ellos cuando empiece a actuar como el "Presidente de los Estados Unidos", ya que en ese mismo momento empezará a dejar de caerles simpático...

Tiempo al tiempo

Miguel Díaz dijo...

shistecito sobre obama:
la crisi hará deste negro
el blanco perfesto
de la casa blanca

PD
la banca
siempre gana

ELAPUNTAÓ
Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda
Martin Luther King