sábado, 17 de mayo de 2008

Prisionera Ortiz Rocasolano



Los emperadores romanos mantenían en calma a la embrutecida plebe regalando trigo y entradas para el circo. Así podían dedicarse a los asuntos de estado, y a los suyos propios, mientras el pueblo analfabeto tenía el estómago lleno y era feliz viendo a los gladiadores matándose entre sí, o a fieras exóticas devorando cristianos. Han pasado veinte siglos, mil guerras y revoluciones, renacimientos, ilustraciones, decenas de nuevos imperios…y todo ello para que España siga siendo igual que la antigua Roma; no por ser una potencia temida y respetada, desgraciadamente, ni por dejar en el mundo una impronta para la eternidad, sino por habernos convertido en un circo permanente para disfrute de una población rastrera y amoral que goza dando satisfacción a sus más primitivos instintos. En el siglo XXI el circo se llama “prensa del corazón”, y las luchas de gladiadores se producen en los platós y delante de las cámaras de los paparazzis. Nada hay que objetar a quienes libremente entregan su vida al espectáculo, y comen de ello a costa de perder su honor e intimidad, a cambio de convertirse en ridículas caricaturas para el entretenimiento de la ciudadanía. Sin embargo, da asco ver cómo, ante el griterío y la excitación de la chusma, son lanzadas a la arena rosa de los nuevos coliseos personas que no aceptaron esa vida indigna, seres a los que, de un tajo, se les despoja de su privacidad y de su libertad; de su vida, en una palabra. Y todo ello bajo la comprensiva mirada de los poderes públicos, al abrigo del asqueroso corporativismo de los medios de comunicación, y jaleado por el ensordecedor frenesí de las masas vociferantes: “¡más carnaza, más carnaza, más carnaza!”

“Derecho a la información”, exigen desde sus púlpitos mediáticos los sacerdotes de la nueva religión idólatra, mientras van despachando un diosecillo tras otro para que sean adorados hoy y olvidados mañana; “Garantizado el derecho a la información y aplastado el derecho a la vida en libertad”, conceden desde sus cátedras legales los altos siervos del sistema. ¡Ay de quien se resista!, ¡ay de quien se rebele!, pues tan sólo conseguirá humillación y desprecio por su osadía; ¿acaso no comprenden que las ruedas dentadas no pueden dejar de triturar almas ni un momento?

Giran y giran sin descanso los engranajes, y a su son los espíritus se corrompen como cadáveres bajo el sol, y las mentes se deshacen como castillos de arena bajo la marea creciente. El sistema se pudre, la curia se pudre…y el pueblo se pudre. Ojalá pudieran, al menos, descansar en paz los injustamente cautivos y aquellos que están de su lado. Los demás, que disfruten revolcándose en las heces mientras puedan, antes de que el fuego y la barbarie vuelvan a traer la tenebrosa oscuridad a las ruinas de Roma.

La Voz, Jerez, 18 de mayo de 2008

¡Show must go on!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

FELIZ ES EL CERDO EN SU RETOZAR.

Gracias por tu columna.
Sin embargo creo que los poderes públicos no solo admiten el circo sino que directamente lo promocionan y fomentan.
Al igual que el fútbol. Prensa rosa masculina.
Quizá peor, puesto que la mitad del tiempo del los "informativos" en televisión están dedicados a esta prensa rosa alternativa.

Hazles sentir. Que vivan en base a sus sentimientos. Que teman, que odien, que envidien, se indignen, se apasionen sin medida..
Que se emborrachen hasta perder el sentido y forniquen hasta la extenuación.
Que hagan todo lo que se les antoje menos pensar.

Y los tendrás en tus manos.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que no comento ninguna de las columnas que aquí figuran, pese a que diariamente me asomo a esta ventana, como aquel niño enamoradizo, con la esperanza de ver pasar alguna vez bajo su balcón a la niña de sus amores, y eso por fin ha sucedido hoy..,:

¡¡IMPRESIONANTE!!

Ni que decir tiene que estoy plenamente de acuerdo con lo en ella expuesto, pero no sólo me lo parece por el contenido, sino igualmente por el continente
gramatical: el último párrafo me pone los pelos de punta.

Señor Nadie: mi más sincera y agradecida enhorabuena.

Nadie dijo...

Gracias, amigos.
Yo también, cuando escribo, miro furtivamente el papel para ver si entre las letras que se derraman de la pluma aparece la perseguida musa. ¡Y esta vez parece que apareció!
(Todo es metáfora: escribo en "word", of course, je, je).

Serranito, lo que tú has escrito también da, si se extiende un poco, para una buena columna.

Mafd, la verdad es que te echaba de menos. El otro día lo hablaba con Keiser. Gracias por seguir asomándote a la ventana de tu amigo. Siento no poder hacer pasar a la niña de tus amores bajo la ventana todos y cada uno de los domingos.
Un abrazo