domingo, 14 de septiembre de 2008

Segunda guerra fría


Una de las cosas que el ser humano necesita tener siempre a mano a lo largo de su vida es el miedo. Si en ocasiones algunos individuos parecen librarse de tal esclavitud, no hay excepciones a la regla en el caso de las sociedades: miedo a la guerra, al invierno nuclear, al cáncer, al paro, al Apocalipsis, a las vacas locas, al cambio climático, a las microondas o a la mosca tse-tse; da lo mismo. Los miedos se superponen, se sustituyen unos a otros, duran meses o siglos, y también son, al igual que las modas, cíclicos, pues vuelve con fuerza uno de los más exitosos del siglo XX, uno que, como los pantalones de campana, parecía olvidado para siempre: el miedo a los rusos. Lo cierto es que cuesta entender por qué al caer el Muro la gente empezó a pensar que los malvados imperialistas soviéticos estaban dejando de ser malvados imperialistas soviéticos, cuando lo que sucedía era que un sistema criminal económicamente inviable estaba muriendo, mientras escondía su semilla en espera de tiempos mejores; su semilla, y sus 15.000 cabezas nucleares. Así ahora, tras veinte años de caos, la bestia renace gracias al petróleo: si cuando se habla de países que nadan en petrodólares, algunos imaginan jeques árabes con flotas de Rolls-Royce, yo pienso en Putin diseñando en su dacha el rearme del ejército a golpe de petrorublos. Y si en algún sitio queda petróleo para rato, es en la madre Rusia.

El ruso es un pueblo sufriente, acostumbrado al fracaso, la opresión y la tragedia; alejado de la grandeza que sus dirigentes han conseguido exprimiendo con igual frialdad la sangre de los suyos y la de los extranjeros. Sin embargo, hoy Rusia aspira a ser una potencia sin complejos; con lo peor de la herencia comunista, pero sin su anquilosis, y lo peor del capitalismo, pero sin sus limitaciones democráticas. Sabedores de su poder, y tras el éxito en la guerra contra Georgia con un Medvedev estrenándose a lo grande (jamás agradecerán suficientemente al presidente georgiano la excusa que les dio), los halcones rusos están envalentonados. ¿Quién estará frente a ellos si no contienen su ambición? O bien nadie, en cuyo caso el hambre del monstruo crecerá más cuanto más coma; o bien EE.UU. y la OTAN, que fue creada exactamente para eso. Porque aunque parezca que Sarah Palin dijo lo que pensó pero no pensó lo que dijo, no dijo nada que no esté firmado por todos y cada uno de los miembros de la OTAN, incluida España.

En Hollywood deben estar frotándose las manos, pues un cielo surcado por misiles SS-20 y Pershing II queda mucho mejor en el celuloide que unos musulmanes fanáticos volando autobuses cargados de niños. Con tanto enemigo invisible, terrorista suicida, y contienda sin frentes verdaderos, ya se echaba de menos algo genuino y tangible. Algo como la guerra fría.
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La Voz, Jerez, 14 de septiembre de 2008. Rusia, China, Islam radical...me falta uno para el póker de enemigos de Occidente, y dos para el repóker, aunque creo que este trío de ases se basta y sobra para ponernos la mano muy dificil.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Venezuela no sirven para tu baraja?

Lo triste es pensar hasta cuando le seguiremos riendo las gracias a estos indeseables en este país en el que nos ha tocado nacer y vivir, llamado España.

Nadie dijo...

No. Venezuela no da la talla.

Anónimo dijo...

Pero tienen petróleo. Y un cacique irracional al frente.

En fin, también se podría incluir a esta España progre en la que todo enemigo de los EEUU es bien tratado, defendido o dignificado. Pero esta vez sí que estaría de acuerdo en que no damos la talla. Y a falta de petróleo, tenemos sindicatos. ¡No hay color!

Nadie dijo...

Sí; bien pensado, cualquier cagarruta de país puede desestabilizar una región, un continente o el mundo entero si se pone a ello (recordemos la crisis de los misiles en Cuba, por ejemplo), pero ases, lo que son ases...

Nadie dijo...

Si Rusia quiere, mañana se funde a Europa entera tan sólo cortando el suministro de gas; sin disparar un tiro. ¿Qué puede hacer Venezuela?, ¿poner a un mono escupiendo mierda por la boca? Porque a los EE.UU. les puede dar la risa cada vez que Chávez amenaza con no venderles más petróleo.

Anónimo dijo...

Bueno, no podréis decir que no os lo advertimos: la solución para que Rusia transitara con éxito desde las peores prácticas del comunismo a la racionalidad democrática no consistía en aplicar una fórmula neoliberal. Ahora, el problema es doble: la estructura caciquista del régimen se mantiene, con el agravante de que el afán globalizador de su poder no es meramente ideológico, sino monetario y, por ende, perfectamente tangible.

Si a esto le añadimos actuaciones irreflexivas y provocadoras como el sinsentido de Kosovo o el escudo a las puertas.

Sólo hay que fijarse en la mezcolanza de símbolos de la nueva Rusia: himno soviético, bandera y escudos imperiales... ¡Lo mejor de cada casa! En 1989 se destapó, para muchas cosas, la tapa de la caja de Pandora.

Salud,

El solitario de IU

Nadie dijo...

Pues tienes toda la razón, uno de IU, pero a ver si ahora la culpa de lo que pasa en Rusia va a ser "nuestra".