sábado, 9 de junio de 2007

La feria vasca

LA FERIA VASCA
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La Feria Vasca recientemente celebrada en la Plaza del Arenal ha sido un evento que ha planteado ciertas reflexiones. Mientras a algunos les ha hecho aplazar el inicio de una necesaria dieta, a mí, que soy delgadito, me ha hecho enfrentarme a un dilema moral muy serio: ir o no ir. No es la primera vez que una disyuntiva de este tipo se me presenta, pero sí la primera que escribo acerca de ello. Ya sea ante la oportunidad de viajar a las Vascongadas, hacer la compra en Eroski, o adquirir una bicicleta Orbea o un frigorífico Fagor, la duda siempre aparece y carcome la conciencia. Porque, si bien me produce horror la posibilidad de beneficiar con mi dinero a esos vascos sanguinarios que creen ser el pueblo elegido por el dios del Rh, igualmente me causa pena y dolor lo opuesto, es decir, negarles el pan y la sal a esos otros vascos cuya sangre peligra por sentirse españoles.
La cuestión no es sencilla, pues creyendo hacer lo correcto, podríamos, en realidad, estar haciendo el juego a los miserables que intentan no sólo que los vascos se sientan cada vez menos españoles, sino que los españoles sientan cada vez menos suyos a los vascos; si logran esto último, habrán vencido. Así pues, ¿qué hacer?, ¿beneficiar a quienes con gusto esparcirían nuestros sesos por el suelo, o dejar tirados a los que nos imploran ayuda y sienten el frío del abandono?, ¿no subvencionar a nuestros asesinos, o matar de hambre a nuestros hermanos?, ¿defender a España de su descendencia bastarda, o atacarla en sus hijos más necesitados?
Como ven, no se trata de una cuestión tan sencilla como “pintxo sí o pintxo no”, sino de un dilema, digno del príncipe Hamlet, ante el cual cada uno tendrá que obrar de acuerdo con su conciencia. En lo que a mí respecta, tan sólo les he confesado una de mis dudas recurrentes a la que, por cierto, aún no he hallado respuesta.
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La Voz, Jerez, 10 de junio de 2007

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Eroski, Orbea, Fagor... Me recuerda viejos tiempos ¿no?. Este fue uno de los temas más comentados de la antigua "acadaunolosuyo". De hecho me parece recordar que fue la primera vez que intervine en la bitácora.

En todo caso, dificil solución. Es cierto. En todo caso, las grandes empresas suelen obedecer más a sus propios intereses monetarios que a supuesatas filias o fobias nacionalistas (vascas o españolas). Al fin y al cabo, el euro no tiene patria, ¿no?

E. G-Máiquez dijo...

Gran entrada hamletiana. Para empezar, podías leer La vida nueva de Pedrito de Andía, vasquísima novela españolísima.

Nadie dijo...

Sí, mafd, la historia es cíclica, como todos sabemos, así que aquí me tienes otra vez dándole vueltas al mismo asunto, aunque ahora creo que mi columna es más moderada (Kaiser dice que "no me mojo")que lo que creo recordar de la vieja bitácora. El euro no tiene patria, no, pero el impuesto revolucionario y similares sí que tienen.


¡Hola, Enrique!, gracias por recomendarme ese libro de Rafael Sánchez-Mazas (vale, vale, lo acabo de mirar por internet), he visto que se hizo hasta una película protagonizada por...
¡JOSELITO!...¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Anónimo dijo...

Como yo siempre he considerado que lo vasco siempre ha sido lo más español y castizo del suelo patrio, no tengo dudas en considerar a Euskadi tierra española y a ti recomendarte que pises ese suelo y cuando se vuelva a convocar una feria gastronómica de ese tipo, acudas sin pestañear ni que te tiemble el pulso ibérico.
Pío Baroja, Unamuno, Churruca (no el de las pipas, no, el mártir de Trafalgar), cuántos conquistadores, navegantes que sentían España en su corazón y por la que luchaban y morían, y otros tantos intelectuales, clásicos y contemporáneos.
Que algunos no se sientan ahora parte de este legado y otros tengan miedo de confesarlo. Allá ellos. Desde el otro lado sólo nos queda que la gran mayoría no caiga ni sea conducida al olvido.

Nadie dijo...

¡Ay, Maikel, qué razón tienes!

Javier dijo...

Cuando he leído este email, os prometo que he llorado de indignación. Menos mal que Maikel me ha vuelto a arrancar una sonrisa. Yo también considero que la grandeza de España está en su variedad. Pero la grandeza del ser humano está en su libertad. Y no me toca a mí, ni a nosotros decidir si quieren ser España, Euskal Herria, País Vasco o Graceland.
Yo quiero que mi hijo sea X, pero eso lo decidirá él.

(Digo esta perogrullada porque aquí se apela mucho al sentido común... pero me parece que es como la palabra "democracia", "libertad", etcétera... utilizada según convenga.)

Por cierto, ya que estoy escribiendo (es que los post antiguos son difíciles de localizar, cuando le doy a "Atrás" me lleva a los más recientes... grrrr), diré que estoy de acuerdo, totalmente, con el antiguo post comentando los 20 millones de muertos por el comunismo en la antigua URSS. No soporto el doble rasero.

Saludos.