lunes, 10 de septiembre de 2007

Bienvenido, John McClane


Dicen que conforme te vas haciendo viejo vas perdiendo el gusto y el interés por determinadas cosas que en otro tiempo fueron importantes en tu vida. Sin embargo, ayer pude comprobar con alegría que a mí, al menos en el caso del cine, no me ha pasado aún. Porque me gusta el cine; me gusta ir al cine; y en el caso de ciertas películas la excitación (no, esa no, la otra) empieza sólo con ver el anuncio de la película en la tele. Y es que ayer fui a ver la última peli de Bruce Willis: “LIVE FREE OR DIE HARD” que es el (fantástico) título original en los Estados Unidos (no sé por qué la han titulado 4.0 en el resto del mundo. Bueno, sí lo sé, igual que vosotros), y era como ir a reencontrarse con un viejo amigo con el que llevas queriendo reunirte desde hace mucho tiempo. En este caso, dos amigos en uno: John McClane y Bruce Willis. Al segundo lo he visto un poco más, pero al primero lo echaba de menos desde la divertidísima “La Jungla 3”. Porque no sólo “La jungla de cristal” es todo un clásico del cine de acción, no sólo el personaje de McClane se ha convertido en un icono del perdedor que acaba ganando, sino que la serie de películas de “La jungla” se ha convertido en una parte de la banda (visual) de nuestra vida desde hace ya casi 20 años. Y si hay un dinosaurio que realmente lo lleva bien, ese es McClane (porque en Terminator III daba pena ver a Swarzenegger, de Rocky VI no hablo -no ha he visto-, y quedamos a la espera de ver cómo le sienta la ancianidad a Indiana Jones).
Y, ¿cómo es la película? McClane en estado puro, aunque algo más achacoso, bastante más vulnerable y mucho más desencantado. Violencia suavizada, lenguaje moderado…y aún así, no han logrado quitarle el interés a la película. Tiene mérito, ¿no?
Si tuviera que criticarla, yo le pondría tres pegas principales a la cinta:
1) El malo no está a la altura de los anteriores malos (está claro que los hermanos Gruber dejaron el listón alto, pero no había que bajarlo tanto).
2) La música de Marco Beltrami es inodora, incolora e insípida.
3) Maggie Q no sale en ropa interior.
Por lo demás, las secuencias de acción son excelentes (se agradece una barbaridad la renuncia a lo digital. ¡Olé, nos gustan las cosas a la antigua usanza!), los diálogos tan ocurrentes y divertidos como siempre, y la relación de McClane con el niñato al que ha de proteger (…y viceversa) es creíble y hasta entrañable.
Yo diría que esta cuarta parte es una gran cuarta parte, lo cual no es decir poco. La primera es el clásico insuperable, la segunda la secuela inevitable, la tercera la más divertida e incomprendida. Y esta es la vuelta a casa de un amigo del que siempre esperamos ansiosos el regreso.
Bienvenido, amigo Mclane, nos encanta tenerte de vuelta.
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La Jungla 4.0: 8/10
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P.D. Y para los que hayan aguantado el tostón, ahí va el premio que corrige una de las carencias de la película:


Y los malos...que se jodan, ¡Yipikaeya, hijos de puta!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo de mayor quiero ser John McLane. Es mi crack.

Bueno, casi tanto como tú, Nadie. ¡Bien te veo!

Un abrazo.

Nadie dijo...

¡Ya somos dos que queremos ser lo mismo!