sábado, 13 de enero de 2007

"Andaluciencia"

“ANDALUCIENCIA” No es pequeño el esfuerzo que realiza la Junta de Andalucía para situar a nuestra comunidad entre las regiones punteras de Europa. No lo es, al menos, desde el punto de vista propagandístico, porque si de lo que hablamos es de resultados, la cosa cambia. Parece que los políticos no tienen claro que la ciencia es un caro y delicado árbol del que se desconoce qué fruto dará y cuándo, es decir, un monstruo incomprensible que les provoca escalofríos. No es extraño, pues, que en su perniciosa ignorancia empleen el dinero más con intención publicitaria que como incierta inversión que siendo plantada hoy podría florecer mañana y ser cosechada por el enemigo; desgraciadamente, cuando “largo plazo” significa hasta las próximas elecciones, las inversiones en ciencia dejan de ser apolíticas.
Un ejemplo de ello es la archipublicitada investigación sobre las células madre, llamativa y golosa cuestión que “huele” a votos. Intentando demostrar que destacamos en el


, se nos anuncia triunfalmente que dicha investigación está liderada en España por Andalucía, cuyo proyecto pionero, apuntalado con muchos millones de



,nos convierte en ejemplo para Europa y el mundo. Muy de pasada, sin embargo, se plantea la cuestión moral del uso de embriones humanos (

para algunos,


para otros). Pues bien, noticias de última hora podrían dejar desfasadas tanto la línea de investigación como el debate ético, ya que científicos estadounidenses parecen haber conseguido que el líquido amniótico les proporcione las células madre sin dañar a la, según el gusto del consumidor, personita o gusanito. Por otra parte, mientras se gastaban millones a mansalva en tan incierto programa, se negaba la ayuda a un proyecto fisiológico sobre el envejecimiento dirigido por el catedrático José María Delgado en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Alguna preclara mente andaluza decidió que ese estudio no interesaba. ¿Acertó? Digamos tan solo que la auténtica biblia del ramo, la revista científica Science, considera que dicha investigación dio como resultado uno de los diez grandes descubrimientos del pasado año. Así pues, gastando noventa veces menos que en lo de las células madre, hubieran lucido noventa veces más. Pero, claro, eso ellos no lo sabían.
En esto de la ciencia hay que plantar la semillita, y cada día abonar y regar sin tratar de recoger los frutos nada más soltar la regadera. Si las cosas se hacen bien, los resultados llegan, pero lo que no tiene sentido es pretender liderar la investigación en un campo concretísimo, y que todo alrededor sea un páramo. El tejido científico debe ser una tupida red de cerebros, instalaciones, dinero y perseverancia. Sin embargo, al menos en cuanto a los cerebros, parecemos vivir más en un coladero que en una red. De nada servirá becar con 40.000 euros por cabeza a la élite de nuestros

para que se doctoren en el extranjero (otro “proyecto estrella”), si al volver a casa los becados no encuentran las condiciones para desarrollar una carrera profesional exitosa. Entonces, ¿por qué no empezar sacando a nuestra universidad del retraso y la carencia de fondos, de la falta de esfuerzo y movilidad de la que acaba de informar el presidente de la Conferencia de Rectores Andaluces? ¿Quizá porque eso “viste” menos que dar 40.000 euros a los estudiantes para que se vayan a Baden-Würtemberg? Es posible que vista menos, aunque indudablemente cundiría más. Pero, claro, eso ellos no lo saben.
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La Voz, Jerez, 14 de enero de 2007
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Lo de las imágenes es un experimento, ya que hablamos de ciencia. Si os gusta, decídmelo, y si no, también. De todas maneras, y por si es un mamarracho, aquí está la columna sin acertijos:
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“ANDALUCIENCIA”

No es pequeño el esfuerzo que realiza la Junta de Andalucía para situar a nuestra comunidad entre las regiones punteras de Europa. No lo es, al menos, desde el punto de vista propagandístico, porque si de lo que hablamos es de resultados, la cosa cambia. Parece que los políticos no tienen claro que la ciencia es un caro y delicado árbol del que se desconoce qué fruto dará y cuándo, es decir, un monstruo incomprensible que les provoca escalofríos. No es extraño, pues, que en su perniciosa ignorancia empleen el dinero más con intención publicitaria que como incierta inversión que siendo plantada hoy podría florecer mañana y ser cosechada por el enemigo; desgraciadamente, cuando “largo plazo” significa hasta las próximas elecciones, las inversiones en ciencia dejan de ser apolíticas.
Un ejemplo de ello es la archipublicitada investigación sobre las células madre, llamativa y golosa cuestión que “huele” a votos. Intentando demostrar que destacamos en el universo, se nos anuncia triunfalmente que dicha investigación está liderada en España por Andalucía, cuyo proyecto pionero, apuntalado con muchos millones de euros, nos convierte en ejemplo para Europa y el mundo. Muy de pasada, sin embargo, se plantea la cuestión moral del uso de embriones humanos (personas, para algunos, gusanos, para otros). Pues bien, noticias de última hora podrían dejar desfasadas tanto la línea de investigación como el debate ético, ya que científicos estadounidenses parecen haber conseguido que el líquido amniótico les proporcione las células madre sin dañar a la, según el gusto del consumidor, personita o gusanito. Por otra parte, mientras se gastaban millones a mansalva en tan incierto programa, se negaba la ayuda a un proyecto fisiológico sobre el envejecimiento dirigido por el catedrático José María Delgado en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Alguna preclara mente andaluza decidió que ese estudio no interesaba. ¿Acertó? Digamos tan solo que la auténtica biblia del ramo, la revista científica Science, considera que dicha investigación dio como resultado uno de los diez grandes descubrimientos del pasado año. Así pues, gastando noventa veces menos que en lo de las células madre, hubieran lucido noventa veces más. Pero, claro, eso ellos no lo sabían.
En esto de la ciencia hay que plantar la semillita, y cada día abonar y regar sin tratar de recoger los frutos nada más soltar la regadera. Si las cosas se hacen bien, los resultados llegan, pero lo que no tiene sentido es pretender liderar la investigación en un campo concretísimo, y que todo alrededor sea un páramo. El tejido científico debe ser una tupida red de cerebros, instalaciones, dinero y perseverancia. Sin embargo, al menos en cuanto a los cerebros, parecemos vivir más en un coladero que en una red. De nada servirá becar con 40.000 euros por cabeza a la élite de nuestros estudiantes para que se doctoren en el extranjero (otro “proyecto estrella”), si al volver a casa los becados no encuentran las condiciones para desarrollar una carrera profesional exitosa. Entonces, ¿por qué no empezar sacando a nuestra universidad del retraso y la carencia de fondos, de la falta de esfuerzo y movilidad de la que acaba de informar el presidente de la Conferencia de Rectores Andaluces? ¿Quizá porque eso “viste” menos que dar 40.000 euros a los estudiantes para que se vayan a Baden-Würtemberg? Es posible que vista menos, aunque indudablemente cundiría más. Pero, claro, eso ellos no lo saben.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no me gusta, la verdad. Algunas se prestan a confusión. Está bien que acompañes las columnas con imágenes, pero sustituirlas por palabras te hace perder el hilo.

Quizás es que soy muy torpe...

Anónimo dijo...

No, kaiser, no eres muy torpe, es que poner una foto de un hermoso feto y suponer que todos vamos a entender ahí la palabra "persona", tiene mandanga... Mejor los experimentos para otra ocasión. Por lo demás, excelente artículo (sin fotitos jeroglíficas).
Otra cosa, no sé si es que eres un bitácora-gafe o qué pero se me atasca la parte de los comentarios una barbaridad. Tarda en entrar muchísimo, no sé si será cosa de mi pésima conexión o es algo común.

Nadie dijo...

Vale, vale, chicos, tomo nota.
Maikel, espero que lo que te pasa con los comentarios sea cosa de tu pésima conexión.
Lo de las fotos era un experimento; como es sabido, la ciencia avanza en gran medida por el método de ensayo/error. Un experimento fracasado no es un fracaso: es un paso más hacia el éxito. Je, je, se nota que soy de ciencias.

Anónimo dijo...

Por cierto, maikel, me alegro de que hayas retomado este nick. Me gusta mucho más que el otro.

E. G-Máiquez dijo...

Yo tampoco estoy por el mestizaje de géneros. El experimento tiene su gracia si se hace ex profeso, pero con un artículo (un essay si se me perdona la iluminadora palabra inglesa)interrumpe.
En todo caso, muy apropiado hacer experimentos en un texto sobre ciencia.

Anónimo dijo...

Veo que, como no podía ser de otra manera en este mundo de fantasía, hay consenso en este foro.
Esperemos que el próximo experimento tenga más predicamento entre vosotros.