sábado, 14 de julio de 2007

¡Ejecuten al ministro!




¡EJECUTEN AL MINISTRO!
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En la República Democrática Popular de China, ese lugar tan republicano, democrático y popular, han ejecutado al ex-ministro de Sanidad por embolsarse unos milloncitos de nada a cambio de hacer la vista gorda para aprobar fármacos nocivos. Como ven, no hay tanta diferencia entre China y España (no lo digo por la ejecución, sino por lo otro), pero sorprende el celo con el que allí persiguen la corrupción, tratándose de un régimen corrupto por naturaleza; será porque todo vale en nombre del partido, pero sólo en nombre del partido. Aquí, sin embargo, en esta democracia cuyos espejos son Cuba, Bolivia, Marruecos, y no sigo porque más de uno se me suicida, también vale todo en nombre del partido pero, además, cada uno puede tirar por donde le dé la gana, como en los coches de choque, sin miedo a que la Guardia Civil les quite puntos.
No es que aboguemos por la pena de muerte para los políticos corruptos (sería un paredón muyyyy largo), pero tampoco es plan de que a los ministros les salgan gratis los desmanes que cometen, tan numerosos que algunos parecen tener una Visa Platino con crédito ilimitado para putear al prójimo; más bien somos partidarios de buscar la virtud en el punto medio, es decir, entre los extremos de la muerte y la impunidad: ¿qué tal penas de cárcel para ministros perniciosos que defiendan intereses que no sean los de España? Que un ex de Defensa prefería morir a matar…a la cárcel por traidor; que una ex de Cultura destrozaba los archivos de la Nación…a la cárcel por traidora; que un ex de Industria perjudicaba a la industria para favorecer al nacionalismo catalán…a la cárcel por traidor, y así hasta que sólo quedaran los servidores de la Nación.
Desgraciadamente, en lugar de pagar por sus actos, unos vuelven a la primera fila de la política, otras van a la vicepresidencia del Congreso, y los de más allá presiden països… ¡Ay, si Aristóteles levantara la cabeza!

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La Voz, Jerez, 15 de julio de 2007, día en que la Justicia sigue brillando por su ausencia en este lugar maltrecho todavía llamado España.

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